Satsanga en Ananta Espacio Yoga, Madrid

Por Gauri – Glacibel Ruiz

Cuando el discípulo está listo, el maestro aparece, porque la disposición está dentro de nosotros y la maestría está dentro de nosotros…”

Este famoso proverbio oriental, donde se trata de decir en una forma simple que «cuando el alumno está listo, el maestro llega», es el resultado de una sincronicidad que ocurre de manera orgánica, en un proceso espiritual que todo buscador si se mantiene constante y sincero, lo puede llegar a tener. 

Tras muchos años de experimentar un proceso de sanación y verme alejada físicamente de mi primera maestra, quien me guió sabiamente en mis primeros pasos, me sentía huérfana, deseando de todo corazón entender mi camino y cuál era mi propósito de vida si es que tenía alguno.

Esa búsqueda en sanar mi propio cuerpo y mente, me llevaron a estudiar, profundizar y convertirme en profesora de yoga en India y posteriormente, encontrar un lugar en el que profundizar en las enseñanzas.

Siempre tuve claro que no podría ser cualquier lugar, deseaba que fuese un lugar sin fanatismos, abierto, sincero y que fuese más “universal”.

Felizmente con la ayuda de mi marido y un amigo, conseguí un lugar maravilloso y único para ahondar en el conocimiento del Yoga: el Ashram de Swami Veda Bharati de los Himalayas.

Durante mi estadía sabía que había encontrado un oasis de paz y de sabiduría espiritual. Un verdadero centro de conocimiento.

Después de pasar 2 semanas de estudio intensivo y meditación, al despedirme de ese hermoso lugar, me alejé a un espacio apartado que se usa allí para meditar.

Fui con intención de orar y dar las gracias por haberme permitido vivir esa experiencia, pero allí, pedí con todo mi corazón, poder encontrar un maestro que me guiara, con un linaje como el del Swami, ya que por lo que vi allí, diversos líderes espirituales y religiosos encontraban un camino, una respuesta en sus enseñanzas, sin irrespetar sus creencias.

Pasaron algunos meses, llegó el Covid y con este virus llegó también el tiempo libre para estar en casa.

Allí a través de una entrevista escuché a Gustavo Plaza (Arjuna) y me maravilló su amplio conocimiento, así como su forma clara, sencilla y actualizada de transmitir la enseñanza.  ¡Poco tiempo después de comenzar a estudiar con él, me enteré que el maestro Swami Veda Bharati había sido también su maestro! 

En ese momento, entendí que todo se había organizado para que mi deseo sincero, aquel que pedí con humildad al despedirme del Ashram en Rishikesh, se diera. 

Y entonces, después de un viaje a Ecuador para hacer un retiro con él, supe, que ya estaba lista, que éste era mi maestro y mi corazón se regocijaba de gozo, de amor y de agradecimiento. Meditar con él y estar en ese momento en su presencia, fue el inicio de un mayor entendimiento, de un orden en mi camino y en mi práctica. 

Por esa razón no podía dejar de invitarle a nuestro Ananta espacio de yoga en Madrid, porque esas bendiciones que había recibido de mi maestro, deseaba poder compartirlas con mis alumnos y con la ciudad que me ha acogido y me ha dado la oportunidad de ofrecer mi práctica. 

Estaba muy emocionada por poder tenerle en nuestro espacio y rápidamente muchos de mis alumnos se apuntaron y sobrepasamos las expectativas de aforo.

La sesión fue un satsanga informal, con práctica guiada de meditación y una plática sencilla, pero profunda, en la que parecía que estamos todos absortos y que, gracias a su presencia, no había posibilidad de perderse. Todos estábamos allí presentes, en mente, cuerpo y alma.

Todos los que acudieron y le escucharon, quedaron fascinados por esa sencillez para explicar, por su manera tan cercana y actual de traer algunos de los conceptos más profundos del yoga, en un contexto práctico y perfectamente adaptable a nuestros tiempos. 

Cuando les pregunté acerca de la experiencia que habían tenido a algunos de los asistentes, coincidían en esos mismos términos de sencillez, profundidad, con una sensación de calma, paz, que se notaba que venía liderada por su “presencia”. 

Tuvimos mi familia y yo, la buena fortuna de compartir de cerca en casa con él y su hermosa familia y constatar de que son ejemplo de cada una de las cosas que predican y enseñan. 

Al día siguiente de la meditación y satsanga, tuvimos en Ananta Espacio Yoga, un taller maraviloso de Ayurveda con Cintamani, su esposa, quien es una maravillosa mujer que es capaz de iluminar la sala con su sonrisa, de hacerse entender de una manera muy comprensible para cualquiera, esta vasta ciencia. 

Fue un taller de un día completo en el que también tuvimos un buen grupo de 15 personas y que nos faltaron horas para seguir aprendiendo y compartiendo. Todos quedaron encantados con la facilidad con la que Cintamani nos dejó una idea más o menos general, de lo que es esta ciencia vasta y noble. 

Deseamos de todo corazón, repetir esta oportunidad, tanto con Gustavo (Arjuna) y Cintamani que puedan tener muchos motivos para volver a Madrid y que Ananta espacio de yoga sea uno de ellos. 

Namasté.

Gauri. 

 

Testimonios

Por Jose, Madrid.

A principios de Marzo he tenido la dicha de conocer a Gustavo que es el Maestro de mi esposa y a través de quien poco a poco he podido irme nutriendo de su enseñanza universal. Su meditación guiada en el centro de Yoga fue enaltecedora y dejó en mi como un deseo de querer, más y más,  de su enseñanza  y sobretodo de esa manera particular de él, que hacer ver o comprender conceptos que son bastante abstractos de una manera simple pero profunda. Gracias Gustavo por tu presencia con nosotros… Dios te Bendiga…

Jose.

 

Por Saraganati, Madrid.

El pasado mes de marzo tuve la grandísima suerte de volver a juntarme con mi maestro Gustavo Arjuna, en el precioso centro de Yoga de mi querida Gauri.

En este encuentro pudimos realizar una meditación en un grupo increíble donde gracias a Arjuna la Magia y la energía se hacían notables en cada segundo de esta sesión.

Desde la primera vez que escuché a Arjuna, supe que mi destino era conocerle. Una vez que le conocí, tuve todavía más claro que era él quien tenía que guiarme en mi camino del yoga.

Gustavo es puramente sencillo y profundo. Es esa sencillez la que hace que temas filosóficos y psico-espirituales complejos y difíciles de entender, entren en ti casi sin que te des cuenta.

Aprovecho este espacio para agradecerle de nuevo que fuera él quien me pusiera mi nombre espiritual. Ese momento de conexión con Arjuna lo guardo para siempre en mi alma.

Eternamente agradecida a la vida, Saranagati.

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