“Camina despacio, ve más lento”.

Como practicantes de Yoga Rahasya tenemos un gran desafío enfrente de nosotros. Vivimos tiempos muy complicados y confusos, donde el egoísmo, el irrespeto, la ira y la carencia son las que guían la vida de una gran parte de la humanidad. 

Entre muchas razones para esto está el llevar vidas en desconexión, desconexión de nuestro cuerpo, de nuestros ritmos, de nuestras necesidades más básicas y no me refiero al alimento. 

Nos hace tanta falta una caricia sincera, un abrazo honesto, una mirada de amor. Nos hace falta dar tiempo y que nos den tiempo.

Con el advenimiento de las redes sociales, los ritmos de la gratificación instantánea y la felicidad express, con todo este cuento del Tik-Tok y el Instragram, la vida se vuelve una constante prisa.

En cada ciudad, en cada calle, en cada “hogar”, la gente vive deprisa, a una velocidad voraz. 

Hay que comer rápido, ir al baño rápido, lavarse los dientes rápido, hacer el amor rápido, leer rápido (hasta con clases de lectura rápida), ¡dormir rápido! y lo que es peor ¡hacer yoga rápido!


El gran desafío ahora es la lentitud. 

Hay que aprender a ir más lento, a tomarnos el tiempo necesario para hacer bien las cosas. Darle tiempo a nuestros cuerpos, darle tiempo al comer, tomarnos el tiempo para la digestión, darle tiempo a nuestras familias, a nuestras parejas, tiempo para nuestros hijos, tiempo para caminar, no para correr, tiempo para detenernos y apreciar la belleza de un árbol o el canto de ave. ¡Y cómo no! tiempo para practicar yoga, tiempo para meditar.

Cada vez que damos atención plena a cualquier ejercicio o acción física estamos aportando un poco más a nuestro camino espiritual y la práctica de nuestra meditación.

Contempla ese niño inocente, deslumbrado por la vida, deseoso de aprender y vivir. Se sienta en el suelo ese niño a ponerse los zapatos para salir a dar un paseo con sus padres, pero su papá o su mamá, con su mente llena de prisa, le apura, le dice “vamos, vamos, que llegamos tarde, apúrate.”

Violentan la paz del niño para empujarlo a que se suba en el tren de la prisa, para una vez encima de él, volverse un autómata más como sus padres.

¿En ese acto del padre o la madre qué hay? Egoísmo, irrespeto, violencia y carencia.

Eknath Easwaram, reconocido maestro de meditación, solía decir que parte integral de su enseñanza espiritual era traer a occidente el ritmo lento y relajado de las lejanas aldeas de la India, donde el tiempo se alarga, donde aún uno puede sentarse a saborear una comida junto a sus familiares y no tener que correr apenas ha terminado.

Muchos de los problemas de salud psicosomática que tenemos hoy en día son causados justamente por esa enfermedad de la prisa.

Mi pedido para ti: “camina despacio, ve más lento, tómate el tiempo y cuando sientas que ese enfermo con la prisa quiere poseerte en su voracidad repite: Shanti, Shanti, Shanti. Paz, Paz, Paz.”

Tenemos un gran desafío, y en este tiempo es la lentitud y la lentitud viene con la atención plena, la concentración y la eficiencia.

Todos te lo van a agradecer, tu pareja, tus hijos, tu cuerpo y sobre todo, tu propio corazón.

Que este camino te aguarde con cielos despejados.

 

Te dejo un regalo (abajo)

Con amor, 

Arjuna Das (Gustavo Plaza)

 

Desiderata Por: Max Ehrmann

Camina plácido entre el ruido y la prisa, y piensa en la paz
Que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones
Con todas las personas .
Enuncia tu verdad en una manera serena y clara
Y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante
También ellos tienen su propia historia.
Esquiva a las personas ruidosas y agresivas
Pues son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás te volverás vano y amargado
Pues siempre habrán personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea
Ella es un verdadero tesoro en el cambiar de los tiempos.
Sé cauto en tus negocios, pues el mundo está lleno de engaños
Mas no dejes que esto te vuelva para la virtud que existe
Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales
La vida está llena de heroísmo.
Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto
Y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños es perenne como la hierba
Acata dócilmente el consejo de los años
Abandona con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza de el esíiritu para que te proteja
En las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana diciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo
No menos que las plantas y las estrellas
Tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no
Indudablemente el universo marcha como debiera.
Por eso debes estar en paz con dios, cualquiera que sea tu idea de él
Y sean cualquiera tus trabajos y aspiraciones
Conserva la paz con tu alma; en la bulliciosa confusión de la vida.
Aun con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos
El mundo es todavía hermoso; sé cauto y esfuérzate por ser feliz.

 

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